El control de la mente ha tenido intrigado a innumerables filósofos, psicólogos y profesionales de todo tipo durante siglos, y cada día es más evidente que es una pieza clave en todo deportista de éxito. Hoy vamos a ver si el estado de forma es algo puramente mental, o si es realmente físico.

Efecto placebo

El efecto placebo no es otra cosa que creer que una o varias cosas de las que haces va a generar un resultado positivo.

Por ejemplo, si nos dicen que comernos un aguacate justo antes de entrenar mejorará nuestro rendimiento, nos comemos el aguacate y después de entrenar notamos que ha sido una salida diferente en la que nos hemos sentido mucho más fuertes y rápidos.

Existen muchos ejemplos de casos reales, pero uno de los más famosos en el mundo del ciclismo fue el caso de Richard Virenque en el Tour de 1997. En aquel Tour, Vogt debía inyectar anfetaminas en el cuerpo de Virenque una hora antes de que comenzara la etapa, pero en lugar de eso, Vogt inyectó glucosa en la espalda del ciclista. Por lo demás, esa etapa es historia del Tour de Francia ya que se vivió una de las batallas más épicas entre Ullrich y el ciclista Francés, en la que este último terminó segundo pero declarando que las sensaciones durante la etapa habían sido increíbles.

Además de este ejemplo, tenemos un estudio realizado en la Universidad Cristiana de Canterbury en la que midieron el rendimiento de un grupo de ciclistas a los que “engañaron” haciéndoles creer que habían tomado cafeína cuando en realidad les dieron un placebo. Después de una etapa de 10 km, los corredores que habían tomado el placebo mejoraron sus tiempos en un 3,1%.

Efecto nocebo

Representa justo la experiencia contraria a la que proporciona el efecto placebo. Este efecto consiste en sufrir una serie de eventos adversos como consecuencia de las expectativas negativas que tenemos respecto a un medicamento o terapia. Es decir que creemos que esa situación, tratamiento o producto tendrá efectos negativos en nuestro rendimiento.

Ejemplos de esto serían por ejemplo pasar una mala noche, un viaje incómodo o volver de una lesión y creer que como no estamos al 100% nuestro rendimiento no será muy bueno. Después de estas expectativas esto es justo lo que pasa, ese es justo el efecto nocebo.

Los potenciómetros son uno de los grandes generadores de nocebo en el entorno ciclista ya que hay muchos casos en los que miramos los números únicamente para darnos cuenta de que son más bajos de lo que nos gustaría, y ese hecho ya nos sugestiona para hacernos creer que estamos más flojos que de costumbre.

El FTP marca nuestro estado de forma

En los últimos años, el FTP se ha utilizado para medir las capacidades de los ciclistas y como base para crear rutinas de entrenamiento.

El gran problema que en muchos casos plantea el sistema FTP, es que hemos, quizá, robotizado el entrenamiento a tal nivel, que se ha perdido la parte mental y de sensaciones de muchos ciclistas. Hablamos de esa voz interior que nos dice que podemos apretar un poco más y que en muchas ocasiones es apagada por los números que aparecen en una pantalla.

Uno de los grandes ejemplos de éxito que representa exactamente lo opuesto al FTP es el modo de entrenamiento de los corredores Kenianos. Su sistema de entrenamiento es simple, corre hasta que te “caigas al suelo”. No basan su entrenamiento en números si no en sensaciones y fortaleza mental, al tener que luchar en cada entrenamiento para mantenerse pegados al grupo de cabeza.

La clave en su sistema radica en hasta dónde puedes llegar a nivel mental.

La barrera del dolor

No importa si los límites son físicos o mentales, está claro que cuando nos empujamos hasta ellos siempre encontramos dolor. En este caso, todos los expertos coinciden en que atravesar esta barrera de dolor para poder continuar, es un acto puramente mental.

Existen infinitos métodos para ayudarnos a atravesar esa fase crítica de dolor y todos son válidos siempre y cuando nos ayuden a superar el esfuerzo sin rendirnos. Una idea puede ser recitar el abecedario como un mantra, esto te distrae del dolor hasta que mentalmente puedas recuperarte.

Como podemos observar la parte mental tiene un gran peso sobre la física, pero ninguna de las dos por si sola suele ser suficiente para sacar el máximo rendimiento de un atleta. Los ciclistas de la vieja escuela se guiaban exclusivamente por el lado psicológico y aunque fueron capaces de realizar grandes proezas y todos estamos de acuerdo en que estaban hechos de otra pasta, pero también es cierto que cada día, avances tecnológicos y equipo de profesionales mediante, seguimos viendo como se siguen bajando tiempos y alcanzando nuevos récords en el mundo del ciclismo.

Así que si queremos ser deportistas más completos e intentar llegar, algún día, a conocer donde están nuestros límites, invertir (tiempo o dinero) en psicología puede ser tan importante como hacerlo en tecnología y equipamiento.