Solo llevamos un mes de invierno y para mucho ya ha sido más que suficiente. Pero la realidad es que las heladas y las horas de luz no están en nuestras manos, por lo que más nos vale aceptar lo que nos queda por venir y preparar nuestra bici para sacar lo mejor de cualquier situación.
Hoy os contamos cómo cuidar nuestra cadena para que funcione a la perfección y no le pasen factura los fríos meses de invierno. ¡Vamos a por ello!
1. Limpia la cadena con un limpiador de cadena
Asegúrate de que la cadena está correctamente colocada ya que vas a necesitar que pase por el plato y los piñones suavemente mientras pedaleas hacia atrás.
Para este paso, lo ideal es contar con una herramienta conocida como limpiador de cadena. Existen varias marcas que los fabrican, siendo la más conocida Parktool, aunque que se pueden encontrar más baratos en lugares como Amazon o incluso Decathlon.
Las principales ventajas de esta herramienta son la facilidad de uso y lo limpio que hacen el proceso, es por eso que merece la pena plantearse adquirir uno, ya que podemos encontrarlos online desde 8€ y si lo utilizamos adecuadamente pueden alargar la vida de nuestra cadena de forma considerable.
Una vez tengamos desengrasante en el limpia cadenas, solamente debemos colocarlo en una de las zonas más bajas de la cadena, asegurar el o los cierres y pedalear hacia atrás.
Después de varias pasadas, una vez veamos que la cadena está limpia, podemos retirar el limpia cadenas y avanzar al siguiente paso.
2. Secar con un trapo o esponja.
En este momento, nuestra cadena va a estar limpia, pero también estará untada de desengrasante.
Es por esto que antes de engrasarla de nuevo, debemos limpiarla con un trapo o esponja.
El procedimiento será muy similar al que hemos realizado para limpiarla.
Colocaremos el trapo o esponja en la misma zona, más o menos, que situamos el limpia cadenas, y con una presión suficiente como para que la cadena se mueva entre nuestra mano, pedalearemos hacia atrás como ya hicimos para el proceso de limpieza.
Este paso es muy importante, ya que si no retiramos bien el desengrasante que hemos utilizado para limpiar la cadena, entonces cuando vayamos a aplicar el nuevo lubricante, la cadena no lo cogerá como es debido.
3. Engrasar la cadena
Una vez consideremos que la cadena ha quedado libre de grasa, entonces está lista para su nuevo lubricante.
Como estamos en pleno invierno, sabemos que las condiciones que nos vamos a encontrar, por lo general, van a suponer más barro, humedad y agua en nuestra cadena. Es por esto que necesitaremos un lubricante u otro en función de las condiciones atmosféricas que vayamos a encontrarnos en nuestras salidas.
A no ser que vivamos en un lugar seco y cálido en invierno, la mejor opción será la de buscar una lubricante algo más denso que mantenga la cadena engrasada y limpia durante más tiempo.
Existen varias maneras de engrasar la cadena, pero creemos que el mejor modo de hacerlo es aprovechando los piñones, ya que en este punto, los eslabones se abren y esto permite que el lubricante penetre mejor entre los mismos.
Otra forma de hacerlo es simplemente moviendo los pedales lentamente, y dejando caer una gota de aceite en cada eslabón.
Es muy importante que la cadena quede bien engrasada, pero no debemos nunca pasarlo echando aceite, ya que entonces, la suciedad se nos pegará en cuanto saquemos la bicicleta a la calle.
La cadena debe de estar lubricada por dentro, todo el excedente, debemos retirarlo con un trapo o esponja como hicimos con el desengrasante en uno de los pasos anteriores.
4. Lubricar las ruedecillas del cambio
Una vez que nuestra cadena está en perfecto estado, es recomendable lubricar también las ruedecillas del cambio. Incluso si empezamos por esta parte de la bici, y la limpiamos y lubricamos antes que la propia cadena, mucho mejor.
Simplemente con echar unas pequeñas gotas, del mismo lubricante que utilicemos para la cadena, será suficiente para tener estas pequeñas, pero muy importantes piezas, al día.
Además de todo esto, no es mala idea ocuparnos también de los cables del cambio, ya que se tensan y destensan con facilidad y pueden acumular suciedad que haga que no funcionen tan bien como el primer día.
Con estos pequeños consejos, estamos seguros de que vuestra cadena quedará perfecta para funcionar durante todo el invierno!
¡A pasarlo bien! ;)