El nacimiento de Suomy es sin duda la típica historia de la familia italiana. Después de haber trabajado durante mucho tiempo en Yamaha, Umberto Monti, fundador de Suomy, decidió desarrollar su propio proyecto. El casco era su pasión y se convirtió en el primer distribuidor de los cascos Bell en Europa. Sin embargo, lo que le apasionaba era el Made in Italy. Convenció a sus dos hermanos para que se unieran al proyecto, Valter, piloto de motocross, y Maurizio, ingeniero nuclear y los tres crearon Suomy, una marca completamente italiana, pero que suena a marca japonesa. A partir de entonces el punto rojo fluorescente se convierte en único e inconfundible en la cabeza de los pilotos. Una apuesta ganadora, una buena marca, agresiva y competitiva, combinada con la búsqueda de la máxima calidad.